La presidenta de la Fundación Gregorio Ordóñez, Ana Iríbar, asiste a la reunión convocada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y plantea al presidente siete preguntas ante el final de ETA.
Preguntas al presidente de gobierno de España cuando convoca a una reunión en Moncloa por primera vez en 7 años a asociaciones y fundaciones de víctimas del terrorismo.
- -¿Se sienten cómodos sus compañeros del partido popular cuando comparten ayuntamientos, diputaciones, parlamentos autonómicos como el vasco y el navarro y congreso de los diputados con representantes de EH-BILDU?
- -Esa especial sensibilidad que Urkullu advierte en su actitud con los presos etarras, ¿significa que este gobierno ha acordado su acercamiento o incluso su puesta en libertad? ¿Explica además que no se haya detenido todavía a José Antonio Urruticoechea para ahorrarle algún trámite?
- -¿Qué ha exigido este gobierno a ETA durante sus conversaciones?
- – Cuando usted dice que no ha habido ni habrá impunidad, ¿cómo explica que queden más de 300 asesinatos de ETA sin resolver? O criminales como Josu ternera sin detener?
- -¿Hasta cuándo un estado negociando sus presupuestos generales con partidos abiertamente declarados anti-constitucionalistas y visiblemente enfrentados al orden democrático institucional de nuestro país?
- -¿Teme usted que el nacionalismo vasco, con quien ha negociado para sacar adelante los presupuestos generales del estado, empuje ahora con la fuerza –que ya no amenaza- de sus compañeros ex etarras para defender una relación de mutuo respeto entre el estado español y una normalizada y pacífica Euskal Herria? O sencillamente no es este un problema para su gobierno.
Cuando sigo viendo en fotos a individuos como Joseba Permach, o Arnaldo Otegui o Rufino Etcheverría, flamantes dirigentes en organizaciones como Bildu o Sortu -sabido es de todos que el cambio de pistola por acreditación de demócrata no les ha costado demasiado caro-, me pregunto qué pensaría de todo esto Gregorio Ordóñez. ¿Cree usted que se sentiría orgulloso de su partido y del papel del gobierno en materia antiterrorista?
Ojalá presidente tuviera usted la misma sensibilidad que le presumen con los presos con la memoria de sus compañeros asesinados por ETA. Ojalá el nacionalismo etnicista la hubiera tenido una sola vez en toda su trayectoria política contemporánea. Ojalá la hubieran tenido las instituciones vascas. Ahora, ya no es necesaria la sensiblería. Ahórrensela. Lo que necesitamos es justicia y relegar los restos de eta al único lugar que le corresponde: el de la infamia.
Todavía hoy me cuesta creer que los representantes políticos de las fuerzas democráticas de este país se sientan cómodos cuando comparten ayuntamientos, diputaciones, parlamentos autonómicos como el vasco y el navarro y congreso de los diputados con representantes de EH-BILDU.
Los herederos de HB son la segunda fuerza en el parlamento vasco. No sé si ahora que cambian de método lo van a tener más fácil para conseguir esa Euskal Herria independiente. Después de haber liquidado literalmente a algunos de sus adversarios políticos y despejado el campo del pensamiento y la cultura para el nacionalismo, eta ha declarado depuradas sus responsabilidades como consecuencia del sempiterno conflicto ante el consentimiento impávido del gobierno de España. Dicen que vienen del pueblo – eso no es nuevo- y desaparecen en él. Polvo eres y en polvo te convertirás.
Pocos deben de ser ya. Descabezada y sin logística gracias a la acción de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, ETA ya anunció que dejaba de matar en 2011. Ya se inicia aquí la campaña de la derrota de eta. Según recojo en los medios de comunicación, quedan 242 presos etarras en cárceles españolas, 51 en Francia, 1 en Portugal. Hay que ver lo bien que funcionan en España la justicia y la reinserción. Porque si entre el año 2000 y el año 2011 se producen 1415 detenciones de individuos acusados de pertenecer a eta, sin contar los presos etarras que ya cumplían condena en la cárcel, tener hoy a poco más de 200 reclusos no parece un serio problema. Por qué entonces esa sensibilidad que Urkullu ve en el presidente del gobierno de España hacia los presos de eta. Tal vez esa sensibilidad explique por qué no se ha detenido todavía a José Antonio Urruticoechea y al resto de etarras en libertad. Ahora resulta que al gobierno de España le preocupan un puñado de presos.
Me pregunto qué ha exigido este gobierno a ETA durante sus “conversaciones”. Porque ya puestos a negociar, la fortaleza del estado debía haberse impuesto. Cuando sigo viendo en la prensa fotos de refinados individuos como Joseba Permach, o Arnaldo Otegui o Rufino Etcheverría, que ostentan cargos en ejemplares organizaciones como Bildu o Sortu -sabido es de todos que el cambio de pistola por acreditación de demócrata no les ha costado demasiado caro- me pregunto qué pensaría de todo esto Gregorio Ordóñez. Gregorio defendía entre otras cosas que lo único que podía negociarse con eta es el color de los barrotes de sus celdas. De justicia relacionada con eta ya nadie habla hoy. Ningún responsable político habla ya de dignidad democrática. De dar la espalda a los herederos de HB ETA. Los nacionalistas -en su línea- ni siquiera hablan de terrorismo, sólo de violencia.
Cuando se me invitó a esta reunión, recordé otra convocatoria. La de junio del año 2005, recién aprobado en el parlamento español la resolución que consentía el diálogo con eta. El entonces presidente JLR-Zapatero también pidió el respaldo a las distintas asociaciones y fundaciones de víctimas. La que represento en recuerdo de Gregorio Ordóñez dijo entonces no a la política antiterrorista que iniciaba Zapatero y hoy manifiesta su rechazo al continuismo que el gobierno de Mariano Rajoy ha hecho de la misma. Aquel día, mientras Zapatero se reunía con las víctimas, Eguiguren lo hacía con representantes de ETA. Hoy, Rajoy decide reunirse con las víctimas por primera vez en 7 años a la vez que convoca el pacto antiterrorista para dar testimonio de que ni ha contado con unas ni ha defendido el acuerdo. Hoy, el presidente del gobierno quiere dar por zanjado un trágico ciclo de indignidad, más de 10 lustros de terrorismo. Engullendo a las víctimas y certificando la más que sabida defunción del pacto antiterrorista.
Este final es decepcionante e injusto. Decepcionante porque los actores al servicio de eta siguen activos sobre el escenario cada vez más devaluado de la política. Injusto porque no se han resuelto muchos crímenes ni perseguido a todos sus criminales. Ahora que las siglas de eta desaparecen, este gobierno pretende correr un tupido velo sobre casi 60 años de extorsión, secuestros, asesinatos, anunciando que no ha habido impunidad ni la habrá. Sí la ha habido, presidente. ¿cómo explica entonces que queden más de 300 asesinatos a manos de ETA sin resolver? ¿Nos está anunciando el presidente del gobierno que la va a haber para el resto de criminales etarras que están en libertad?
Este gobierno vuelve a pactar con el nacionalismo vasco no sabemos qué para sacar adelante los presupuestos generales del estado. ¿Hasta cuándo un estado negociando sus presupuestos generales con partidos abiertamente declarados anti-constitucionalistas y visiblemente enfrentados al orden democrático institucional de nuestro país?
Ojalá nuestro presidente tuviera la misma sensibilidad que le presumen con los presos con la memoria de sus compañeros asesinados por ETA. Ojalá el nacionalismo etnicista la hubiera tenido una sola vez en toda su trayectoria política. Ojalá la hubieran tenido las instituciones vascas. Ahora, ya no es tiempo para tanta sensiblería fingida, tanta paz de pacotilla y tanto perdón de dios. Ahórrensela. Lo que necesitamos es justicia y enterrar los restos de ETA en el único lugar que le corresponde: el de la infamia.